MIEMBROS SALUDABLES Y MIEMBROS NO SALUDABLES

La Iglesia del Señor Jesucristo es Una, Universal, pero se manifiesta a lo largo y ancho del mundo en pequeñas comunidades de creyentes conocidas como Iglesias locales (local se refiere a la ciudad o pueblo donde está situada esa comunidad). Estas Iglesias locales se reúnen regularmente para Adorar públicamente a Dios y cumplir la Gran comisión.

 

Cada Iglesia local se compone de una diversidad de personas, algunos son visitantes, otros invitados, otros asistentes regúlales. Pero hay un grupo más reducido, a saber, los Miembros Oficiales, aquellos que voluntaria y conscientemente hicieron un compromiso formal de pertenencia e integración a esa comunidad de creyentes.

 

Tristemente (y este es el punto de mi artículo) debido a la diversidad y sobre todo al pecado, en cada Iglesia local hay miembros saludables y miembros no saludables.

 

MIEMBROS NO SALUDABLES:

Los miembros no saludables se caracterizan por su inconformidad, nada les gusta, de todo se quejan, se la pasan viendo y enfatizando los defectos y pecados de los demás. Son rápidos para ver todo lo “malo” en la Iglesia, para juzgar y criticar, pero lentos para orar y ayudar, y para buscar soluciones para mejorar la condición de la Iglesia.

 

Los miembros no saludables no se conforman a las enseñanzas de sus pastores, ellos tienen sus propias interpretaciones de la biblia y tampoco se sujetan al gobierno de la Iglesia. Siempre creen tener la razón, son sabios en su propia opinión y no reciben consejo. Son obstinados con sus posturas y percepciones y difícilmente reconocerán que estan equivocados.

 

A un miembro no saludable no le interesa convivir con sus hermanos, ni conocer sus necesidades, ni someterse a ellos. Solo ven por sus intereses y se creen más que los demás, carecen de humildad y regularmente buscan reconocimiento.

 

Un miembro no saludable siempre será un estorbo para el buen el desarrollo de la Iglesia, lo mejor es echarlo fuera (despues de la debida amonestación y proceso disciplinario).

 

MIEMBROS SALUDABLES:

Por contra parte un miembro saludable conoce y ama la Palabra de Dios y al Señor, y ora en todo tiempo, más por las necesidades de los demás que por las propias.

 

Un miembro saludable nunca busca lo suyo sino el bienestar de los demás; está interesado sinceramente en el crecimiento y madurez espiritual de sus hermanos y aporta todo lo que está a su alcance para ayudarles en su caminar cristiano.

 

Al miembro saludable le gusta convivir con sus hermanos y no presta oídos a chismes, murmuraciones, calumnias o detracciones. Y cuando escucha cosas no se hace ideas de las personas, ni toma partido, sino que con valor y madurez pregunta y habla de frente.

 

Los miembros saludables son los que están apasionados por la Iglesia, que sirven, que apoyan, que a pesar de los errores, defectos y pecados de los demás (y de los propios), buscan por todos los medios solucionar los problemas con amor, humildad, misericordia y doctrina, pues saben bien el costo altísimo de la Iglesia y la grandeza y hermosura de su Señor y Dios.

 

Concluimos pues que en la iglesia hay miembros saludables y miembros no saludables…  ¿de cuál eres tú?


Articulo escrito por el pastor Serafin Romero el 04 de febrero del 2021

 


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